jueves, 30 de abril de 2009

INFERNO (1953)


SU UNICO CAMINO ERA SOBREVIVIR

Protagonizada por ese gran actor que fue Robert Ryan, en el papel del millonario Donald Whitley Carson III, casado con Geraldine Carson (Rhonda Fleming), una mujer fría y calculadora, la cual planea junto con su amante Joseph Duncan (William Lundigan), asesinar a Donald y hacerse de su fortuna, el cual sera llevar a Donald al desierto y abandonarlo a su suerte con su pierna rota, haciendo ver que se trato de un accidente.

Pero su plan no contaba que Donald un hombre dedicado a su empresa, que solo piensa en negocios, considerado un inútil para otros asuntos, comience a idear por su afán de sobrevivencia diferentes recursos para sobrevivir, sabiendo que nadie va venir a rescatarlo, dándose cuenta que no es tan inútil como pensaban los demás.


Es así que la historia, tiene como tema central la lucha de nuestro protagonista por sobrevivir, donde vemos cada paso que de para esto, en donde en algunos momentos parece que todo esta perdido, que ya no tiene esperanzas, pero decide que tiene que vivir, que no puede y no quiere morir así, teniendo la idea fija de la venganza.

La narración se va intercalando entre la historia de los amantes y la lucha de Donald, siendo la última la que genera el suspenso requerido, utilizando la voz en off, para mostrarnos la angustia y deseos por seguir viviendo, cuando más se acerca al final el suspenso va creciendo poco a poco, manteniéndonos en espectativa si logra sobrevivir o no.

La película se trata de un buen ejercicio en el genero del suspenso, dirigido por Roy Ward Baker, un especiliasta en cuando al genero de terror, en donde con tampoco recursos puede imprimir una buena dosis de tensión, la cual es llevada con inteligencia hasta el final, además de contar con la interpretación de Ryan, un grande que no es valorado en su real magnitud, y que se puede apreciar su talento en obras como esta.

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